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28 abr 2011

Industria y educación, pilares de un futuro nanotecnológico

Industria y Educación sentarán las bases del futuro de la Nanotecnología y la Nanociencia, según han señalado los expertos asistentes al primer Congreso Internacional de Nanotecnología e Infraestructuras de Investigación celebrado la semana pasada en Barcelona.
31 de mayo de 2010
La industria debe caminar de la mano hacia un objetivo común para poder avanzar en el campo de la nanotecnología. Se tiene que producir un cambio en la mentalidad del sector industrial que rompa con las costumbres pasadas e innove con una forma de trabajar que aglutine a toda la comunidad. La cooperación y coordinación de todos los agentes industriales son aspectos imprescindibles para el desarrollo de la nanotecnología, ya que sin ellos será muy difícil afrontar la complejidad de esta ciencia. Por otro lado, el trabajo en equipo permitirá, no sólo reducir el tiempo de investigación, sino también sus costes.

En estos momentos, los principales competidores de Europa son los Estados Unidos y Asia. Si Europa no mejora su competitividad difícilmente podrá dominar el mercado de la nanotecnología, por ello debe apostar fuerte por crear plataformas de excelencia y fortalecer la colaboración e innovación entre industria, universidades y comunidad científica. Es más, la industria debería estar presente y participar en los procesos de decisión.

Europa tiene que luchar por convertirse en un hub internacional (centro de conexiones) de la nanotecnología, tal y como ha explicado Philip Withers, Investigador de la Universidad de Manchester, que ha explicado que el futuro del sector aeroespacial pasa por el uso de la nanotecnología, ya que esta ciencia permitirá crear materiales más ligeros, flexibles y resistentes que hagan de los aviones unos aparatos más seguros.

Otro de los aspectos que han destacado los asistentes al congreso Gennesys pasa por unir la industria con el mercado y los centros académicos. Es muy importante que se cree un lazo de cooperación entre estos tres mundos para poder ser más eficientes. En el futuro se tiene que desarrollar una estrategia que consiga que la investigación llegue a la industria; sólo así se conseguirá que el desarrollo de innovaciones repercuta favorablemente en la sociedad. Actualmente la nanotecnología se encuentra ya omnipresente en nuestra vida cotidiana: tratamientos médicos, materiales ópticos, motores eléctricos, etc.

Por ejemplo, el sector del automóvil puede beneficiarse de la nanotecnología en el sentido que esta ciencia permitirá dar con nuevas energías menos contaminantes y mejorar la producción de los coches eléctricos. Estamos hablando de unos de los sectores que más emisiones de CO2 genera y del principal consumidor de carburantes. Cambiar esta situación será posible gracias a la nanotecnología porque se podrá controlar la combustión de los vehículos haciendo que se reduzca la cantidad de emisiones nocivas. Además, su apuesta por la movilidad eléctrica provocará un cambio radical en el consumo de los combustibles.

Necesidad de una educación multidisciplinar

El sistema educativo del siglo XXI debe afrontar el reto de integrar la nanotecnología en todos los niveles educativos y disciplinas, tanto en un plano horizontal como vertical. Los programas educativos deben partir de un nuevo enfoque que impulse una mayor conexión con la sociedad y la industria si quiere contar con la comprensión y el apoyo de las autoridades y centros políticos de decisión.

El reto de orientar la educación hacia la creación de un nuevo ‘currículum’ totalmente distinto a lo que se entiende por formación curricular a día de hoy, es uno de los grandes desafíos de la comunidad educativa europea y mundial. Para lograr que la nanotecnología progrese al ritmo deseado, primero es necesario sentar las bases de los futuros investigadores. Los campos con mayor incidencia de la nanotecnología son la biología, química, ingenierías, física e informática, o computación.

En Europa, pueden cursarse actualmente 50 másters especializados en nanotecnología y nanociencia y se han creado dos Erasmus Mundus, además de otros programas internacionales en marcha. Actualmente, una media de unos 1.000 estudiantes al año cursan estas especialidades, sin contar con las escuelas de verano u otras herramientas como el Centro Marie Curie ITN. “Es decir, hay una oferta muy amplia”, ha destacado Jean Etourneau de la Universidad de Bordeaux. Cabe destacar que en España, concretamente en la Universidad Autónoma de Barcelona, el próximo curso académico se impartirá por primera vez un Grado en Nanociencia y Nanotecnología.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer, como integrar la nanotecnología en otros niveles más bajos, no sólo universitarios, y apostar por una mayor movilidad de los estudiantes. Es necesario formar técnicos que sepan manejar las nanoestructuras y también formar a los más jóvenes en una nueva mentalidad académica desde el principio, integrando la nanociencia prácticamente desde la escuela, formando a los formadores en primer lugar.

Europa, a su vez, se enfrenta al hecho de integrar este cambio de mentalidad en la nueva configuración de los estudios surgida tras Bolonia. Surgen múltiples cuestiones, entre ellas, ¿es posible una educación unificada en nanotecnología para toda Europa? Aún con todas las dificultades que ello entraña, el profesor Lars Montelius de la Universidad Oresund en Escandinavia opina que es una cuestión de actitud “y sí, es posible si nos lo proponemos, pero todavía es más importante que la educación sea cualificada”.

¿Qué hay después de Gennesys?

Tras la celebración del Congreso Gennesys, organizado para concretar futuras estrategias ya planteadas en el Libro Blanco elaborado por el grupo GENNESYS, se han elaborado una serie de conclusiones que serán integradas en un nuevo Plan de Acción que ya está siendo elaborado por la UE. Pero para que todo este esfuerzo dé resultado es necesario crear herramientas como el GENNESYS Research And Industry Council, encargado de coordinar y supervisar las actividades del grupo, así como ejercer de nexo con los poderes de decisión en un plano regional, nacional, europeo e internacional.

La nanotecnología es sin duda un sector estratégico que presenta importantes oportunidades de generar riqueza, puestos de trabajo y mejorar la calidad de vida. Unas previsiones que han llevado al mundo científico, industrial y político a hacer una promesa: trabajar unidos para un desarrollo global y europeo de la nanotecnología y así poder avanzar de forma coordinada hacia la innovación en campos como el medio ambiente, la salud, el transporte, la energía o las tecnologías la información. Y es que se prevé que en menos de cinco años la nanotecnología estará presente en la mayoría de los sectores industriales.

Los expertos calculan que la nanotecnología generará un negocio de entre uno y tres billones de dólares en 10 años. Aunque nos encontramos en los inicios de estos desarrollos, en la actualidad se calcula que los productos nanotecnológicos mueven un mercado de unos 200.000 millones de dólares en todo el mundo. Y sus innumerables aplicaciones alcanzan desde las cremas solares hasta las raquetas o esquís, pasando por los cristales antiralladuras y la mejora de fármacos.

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